Historia del registro musical: el Walkman

Siguiendo con la historia del registro musical, hoy hablaremos del Walkman.

Hasta 1963, el soporte de grabación magnética era la cinta de bobina abierta y 8 pistas. Fue Philips la primera empresa que presentó el cassette compacto, más pequeño y compatible tanto con audio mono como con estéreo. Su desventaja era que, al haber reducido el ancho de la cita y la velocidad, la calidad de sonido era peor que la del magnetófono, pero se popularizó al ser barata y portátil.

En 1978, el copresidente de Sony en aquellos años, Masaru Ibuka, era muy aficionado a escuchar música durante sus viajes de negocios, pero los reproductores de audio (como el TC-D5) eran muy pesados para ser portátiles, a pesar de tener una calidad de audio excelente. Pidió a la división de grabación de cinta de Sony que modificara la grabadora TCM-100B «Pressman», lanzada en 1978. Esta tenía un tamaño adecuado para llevarla encima sin ninguna molestia, lo que permitía grabar en cualquier momento que fuera necesario, además de funcionar con pilas. Ibuka pidió que dejara solo el altavoz, quitándole la capacidad de grabar, y conectaran unos auriculares para tener audio estéreo. Con esto, Sony sentó las bases para lo que sería su Walkman.

En 1979, Sony lanzó el reproductor TPS-L2, conocido como Walkman. Solo podía reproducir audio, tenía conector para auriculares y tenía un tamaño perfecto para llevarlo encima o meterlo en el bolsillo. Dentro de la compañía se estimaba que no tendría el éxito esperado al no poder grabar audio, pero el nuevo estilo de vida que propuso le hizo ganar popularidad mundialmente. Sony lo sacó al mercado nada más empezar el verano, para así atraer a la gente joven que tendría tiempo libre al ser vacaciones.

Masaru Ibuka
Cassettes compactos de Sony
Walkman II Stereo en exposición