Descripción
Otro de los sistemas de gran rendimiento para las comunicaciones telegráficas en las primeras décadas del siglo XX fue el desarrollado por la CREED COMPANY, de Croydon (Inglaterra), utilizando el sistema Morse tradicional que venía usándose desde mediados del siglo XIX, incluso en forma semiautomática mediante perforadoras de cinta manuales y transmisores automáticos a velocidad variable, sobre todo en cables submarinos. Aprovechando los avances producidos en distintos equipos e instrumentos electromecánicos, incluidos los primeros teleimpresores o teletipos, la Creed Company desarrolló un sistema basado todavía en el código Morse, pero con características de gran rendimiento y fácil manejo. La codificación de los mensajes se hacía de forma mecánica con una máquina perforadora de cinta dotada de un teclado mecanográfico semejante al de una máquina de escribir convencional, incluso con el teclado habitual QWERTY, que evitaba la codificación manual de las letras y signos y aseguraba una exacta duración de los puntos , rayas y espacios. La lectura (exploración) de las perforaciones la hacía un transmisor automático de velocidad ajustable según las condiciones eléctricas de la línea, que podía ser tres veces la de un operador manual, por lo que solía haber varios operadores preparando las cintas para transmitir. La recepción se hacía mediante un aparato traductor que convertía las señales Morse recibidas en signos alfanuméricos que accionaban unas palancas de impresión semejantes a las de una máquina de escribir, reproduciendo así sobre una cinta de papel los mensajes. También existían receptores perforadores que permitían reproducir la cinta transmisora para su retransmisión a otro destino o efectuar copias a destinatarios múltiples. En España estos equipos se utilizaron solamente en relaciones de mucho tráfico y con líneas de buena calidad. En 1934 existían 12 instalaciones de este tipo, sustituidas progresivamente por los teleimpresores o teletipos, de más fácil manejo.