El equipo de Siemens B-70, también llamado «cable herciano», es un radioenlace de microondas utilizado por el ejército español desde finales de la década de los 50 hasta la década de los 80 del siglo XX. La expresión «cable herciano» es en sí un oxímoron, haciendo referencia a que el equipo establecía un enlace de comunicaciones, un «cable», pero por radiofrecuencia; esto es, sin hilos, de ahí herciano.
El equipo permitía comunicación de radiotelefonía con un alcance de 40 km con visión directa, dado que operaba en frecuencias de microondas, en concreto en banda C, de 4.6 a 4.8 GHz. Los transceptores están compuestos por tubos Klystron, que alimentan las dos antenas de cada uno de ellos. Dichas antenas son reflectores parabólicos con dipolos en el alimentador, la polarización es lineal y se utilizaba polarización ortogonal (vertical y horizontal) para transmisor y receptor. Cada transceptor dispone de su fuente de alimentación que debía conectarse a un generador eléctrico.
Se trata de un equipo «portátil», contenido en 6 cajas de transporte con un trípode para su montaje, por los que se utilizaba en misiones donde no existía infraestructura de comunicaciones.
Los primeros experimentos para establecer un radioenlace los llevó a cabo Lee de Forest en 1915. En 1927 se establece un radioenlace de 60 kHz Nueva York -Londres. A comienzos de la década de los 40 se empiezan a utilizar tubos Klystron, lo que aumenta la frecuencia hasta 150 kHz. Durante la Segunda Guerra Mundial se establecen los primeros radioenlaces de microondas, en bandas C y X, se utilizan magnetrones de cavidad y se introducen mejoras en los Klystron. Entre 1950 y 1970 se hace un uso generalizado de radioenlaces, pero a partir de la década de los 80 empiezan a caer en desuso por las comunicaciones vía satélite y de fibra óptica.